El césped artificial deportivo está logrando dejar atrás la polémica que lo acompañó durante sus primeros años y ahora cada vez menos personas cuestionan su gran utilidad. Se emplea en prácticamente todos los deportes: tenis, golf, fútbol… no solo a nivel amateur, sino que también se usa a nivel profesional.
Poco a poco, son cada vez menos los que protestan por jugar en este tipo de campos y empiezan a entender su necesidad y sus ventajas.
Una cuestión de ecología
El césped artificial no necesita agua para mantenerse en buen estado. Regar un campo de fútbol es de por sí caro, pero si estamos hablando de un campo de golf, nos encontramos con una cantidad de agua que es claramente inasumible en algunas partes de España, en las que hay mucha sequía y se prohíbe incluso regar campos particulares o llenar piscinas.
No se trata de tener o no permisos para utilizar esas cantidades de agua, se trata de si es o no es ético utilizarla. Y lo cierto es que no lo es tal y como están las cosas hoy en día. Se trata de ecología y también de ética. A fin de cuentas, las personas que acuden a jugar a un campo de golf pueden hacerlo exactamente igual de bien en uno de hierba artificial y no estarán perjudicando el medio ambiente y tampoco a los vecinos. Estos contarán así con más agua para sus necesidades de regadío en los campos.
Y también de economía
Existen diferentes estudios comparativos sobre lo que cuesta mantener un campo de fútbol con hierba natura y con hierba artificial. Uno de los más serios es el que se realizó comparando los gastos de mantenimiento de un campo de fútbol de césped natural y de un campo de césped artificial, con una superficie de 7000 m2, presentado por la empresa SIMA Construcciones Deportivas S.A. a la Universidad de Jaén. El campo de hierba natural presentaba unos gastos de casi 23.000 euros anuales, mientras que el campo de hierba artificial no llegaba a los 4.000 euros.
Cabe señalar que este estudio es antiguo y que las cifras originales eran todavía en pesetas. Teniendo en cuenta lo que ha subido el agua y el hecho de que el césped artificial ha mejorado muchísimo en los últimos años, podríamos decir que hoy, las cifras podrían incluso ser mejores.
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